LA YURA febrero 12 de 2016 LLega
el Papa a México
La macroeconomía aplicada en
México por el nacionalismo posrevolucionario emprendido por un México durante
el período reconocido como período del cardenismo tuvo como beneficiario al
Estado comprometido este con el pueblo luego de la aplicación de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917; los gobiernos neoliberales
de De la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y ahora Peña Nieto,
defraudaron el progreso nacional y trasladaron las políticas macroeconómicas a
favorecer a la IP tanto extranjera (norteamericana, inglesa, francesa,
holandesa, alemana, japonesa, coreana,..) como la propia; crecieron las
universidades privadas y los cursos de posgrado (maestrías y doctorados) en el
extranjero, dando pautas de economía política privada para el desarrollo de los
emporios, embaucando a las clases medias para su fiel acatamiento, sin
realmente hallar respingos a la neocolonización. Los gobernantes se dedicaron a
acrecentar sus riquezas personales, cayendo en la demagogia, corrupción,
enriquecimiento personal explicable, nepotismo y entreguismo de la Carta Magna
(más de 700 modificaciones, sobre todo el artículo 27o constitucional) cediendo
la explotación de los recursos naturales, desapareciendo las empresas
paraestatales de enorme cuantía (Telmex, Pemex), permitiendo las intromisiones
de capitales peregrinos en las especulaciones de la banca, manoseando los
medios de difusión, propagando las virtudes de la globalización, masacrando
poblaciones por parte de iniciativas filtradas de secrecías, gobierno, policias
y ejército (casos drásticos horrendos en Tlatlaya, Iguala, Cocula, Allende,
Apatzingán,... San Fernando, Acteal, Aguas Blancas, Atenco, Jilotepec)...
Tampoco el auge petrolero mexicano y gran auge de la nación en tiempos de
Echeverría y López Portillo podríamos deslindarnos del desliz neoliberal, pues
ellos permitieron el traspié de la educación superior pública, y abusaron de
las prácticas corruptas con el endeudamiento externo descontrolado. La solución
es retornar a la política de nacionalizaciones (tipo China), revirar la
tendencia macroeconómica pro auge privado por auge paraestatal, poner candados
tipo LA YURA para la rotación colegiada de mandos en todas las instituciones
del país, acordes a un Plan Nacional de Desarrollo SEXENAL, las dirigencias
deben ser ANUALES, NUNCA REELECCIÓN, abrir ESCUALAS (Escuelas de Cuadros para
análisis, propuesta y pujanza)... Rotación anual sí, de quienes controlan directrices y manejan
carteras... México es un país multicultural y polivalente, la educación en
efecto es asunto de primera importancia pero bajo la lupa del ESTADO RECTOR.
Las iglesias y monarquías en el mundo deberán abrirse y comprender sus pueblos
que en otras latitudes hay millones de personas necesitadas de nuevos rumbos
para progresar y salir del subdesarrollo. El papado también tendrá que abrirse
a esta tendencia luego de los escándalos de sustracción y enmiendas internianas
en las cuentas de la Santa Sede. El Papa Francisco ha de resultar clave para
hallar grandes transformaciones para que prevalezca sobre la faz de la tierra
la humanidad. Grupo Alameda
l frenazo que
despertará a la clase media de América Latina
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A pesar del auge de
la clase media, América Latina padece aún enormes desigualdades (Foto AP/Andre
Penner)Como sobre una autopista nueva, las
familias de clase media de América Latina han rodado en la última década de
bonanza económica. Por primera vez en la historia los pobres son menos que sus
vecinos de arriba en la escala de la riqueza. Pero esa prosperidad podría
terminar súbitamente para muchos. Muy pronto.
La
aceleración y el atasco
Entre 2004 y 2013 la región vivió un
auge económico espectacular. Cuando otros se hundían por la crisis financiera,
los países latinoamericanos mantuvieron tasas de crecimiento envidiables,
impulsadas por la demanda de materias primas de los mercados asiáticos, en
particular de China y la India.
Las exportaciones récord de minerales y
combustibles se conjugaron con bajas tasas de interés, lo cual facilitó el
acceso a los préstamos y, finalmente, la avidez de los inversores extranjeros a
niveles nunca vistos. Los gobiernos reportaron ingresos inéditos que
invirtieron en la reducción de la deuda, la expansión de programas sociales y
el incremento de las reservas de divisas. Aunque no todos utilizaron esas
ganancias de manera responsable.
Los altos precios
de las materias primas sustentaron el boom latinoamericano (EFE/Marcelo Sayao)Hoy la situación ha cambiado y los pronósticos de los expertos hacen
temer un retorno a las estrecheces, al menos en algunos países del
subcontinente. China aún no ha entrado en recesión, pero su ritmo de
crecimiento se ha reducido. Como consecuencia, la demanda y el precio de las
materias primas han caído. El barril de petróleo, por ejemplo, perdió la mitad
de su valor desde el verano de 2014 y más de dos tercios con respecto al pico
de 2008, cuando se vendía por alrededor de 130 dólares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI)
estima que 2015 cerrará con una contracción del 0,3 por ciento del PIB regional. El año próximo se espera una discreta recuperación, impulsada por el
buen desempeño económico de Estados Unidos. Esas cifras globales esconden la
diferencia entre un puñado de países en serios problemas y otros que pueden mirar
el futuro con cierto optimismo.
Especialistas consideran que para
mantener el ritmo y reducir la dependencia de las materias primas, los países
latinoamericanos deberán mejorar la productividad. ¿Cómo? La respuesta pasa por
hacer más eficaces los sistemas de educación, desarrollar las infraestructuras
y apostar por la innovación, tres deudas de las economías latinoamericanas.
¿Crisis
sociales a la vista?
En estos años de prosperidad millones
de latinoamericanos salieron de la pobreza. De acuerdo con el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), dos tercios de los habitantes del
continente se reconocen como clase media, si bien los indicadores económicos de
ese grupo varían de un país al otro.
Esas familias que salieron de la
pobreza gracias, en gran medida, a generosos programas sociales, se han
acostumbrado rápidamente a las comodidades de su nuevo estatus. La memoria de
la precariedad, aunque cercana, se espanta como una pesadilla. ¿Qué sucederá
con ellas cuando el frenazo económico las devuelva al pasado?
La gestión
desastrosa de la economía venezolana amenaza la supervivencia del chavismo
(AP/Alejandro Cegarra)En tres países esta amenaza empieza a
concretarse: Brasil, Argentina y Venezuela. El gigante suramericano se
contraerá tres por ciento este año y hasta uno por ciento en 2016. Los
escándalos de corrupción que golpean al gobierno de Dilma Rousseff han paralizado
las reformas necesarias para sanear las finanzas públicas. La recesión podría
terminar abruptamente con el reinado del Partido de los Trabajadores, en el
poder desde 2003.
El FMI pronostica un crecimiento de
apenas 0,4 por ciento este año para Argentina y el inicio de la recesión en
2016. La gestión económica caprichosa de Cristina Fernández ha colocado a la
segunda economía latinoamericana al borde de la crisis.
En el escenario más desolador actúa
Venezuela, que se contraerá 10 por ciento en 2015 y seis por ciento el año
próximo, según las predicciones del FMI. A pesar de contar con enormes reservas
de petróleo, la economía venezolana bajo la administración de Nicolás
Maduro se ha ganado el dudoso honor de ser “la peor del mundo”.
¿Qué tienen estas “tres ovejas negras”
en común? La presencia de tres gobiernos de izquierda que han permanecido en el
poder durante más de una década. Tres regímenes construidos sobre políticas
populistas, sustentables mientras duró el boom de las materias primas, pero
insoportables en tiempos de menor demanda.
Los Kirchner, Lula y Dilma, Chávez y
Maduro, sacaron de la pobreza a millones de sus compatriotas y les hicieron
creer que el Estado contaba con recursos infinitos para financiar los programas
sociales. La generosidad y el despilfarro, una de las caras de la corrupción,
han marchado juntos en Argentina, Brasil y Venezuela. Y muchos de los que ayer
apoyaron a esos carismáticos líderes, hoy les exigen cuentas.
¿La izquierda es culpable? No
necesariamente. Uruguay y Bolivia, también gobernados por partidos izquierdistas,
evitarán la recesión en 2015. El segundo, incluso, encabezará el crecimiento de
las economías latinoamericanas.
Se trata más bien de una de las irónicas volteretas de la historia.
Gobiernos que prometieron desterrar las vetustas oligarquías y cambiar el modo
de gobernar de los partidos “tradicionales”, han consumado una metamorfosis:
hoy exhiben los mismos vicios que sus antecesores en el poder. Solo que esta
vez la nueva clase media no aceptará tan fácilmente el retorno a las
privaciones. Tiempos agitados se avecinan.